lunes, 28 de enero de 2013

Gracias a José Martí por regresarnos a Heredia.

Es 28 de enero y cada cubano encuentra un espacio, un momento para hablar de Martí.

En cada lugar de la geografía insular.......y más allá......en cada pedazo del archipiélago........en América y el mundo cada quien va buscando a su Martí particular, el que va unido a su tierra, a su vida.

Me empeño en buscar a mi Martí personal, uno que pueda compartir con el mundo pero que empiece siendo mío... si tal egoísmo es posible.

Y buscando encuentro una relación de José Martí con mi ciudad. Una conexión más allá de sus restos descansado en turbulento reposo en suelo sagrado: su vindicación a José María Heredia.

             "Donde son más altas las palmas en Cuba nació Heredia: en la 
              infatigable Santiago."

Una oda a la modestia, un regresar al cielo al "Ángel Caído"; vilipendiado por quienes no le perdonaron en su momento el humanísimo deseo de ver Cuba y a la madre antes de morir.

Nadie expresa mejor que Martí el tormento herediano cuando dice:

             "¿y no tenían los hombres piedad de él? ¿Ni de que sirve la virtud, si     
              mientras más la ven, la mortifican más, y hay como una conjuración 
             entre los hombres para quitarle el pan de la boca, y el suelo de debajo 
             de los pies?"

No se pierde para nosotros el Heredia venerado por todo el continente gracias al verbo sanador de Martí (como lo calificara el poeta y periodista Reinaldo Cedeño).

José Martí hace la primera descripción justa del primer poeta romántico de América:


            Ni la fuerza de su suelo tiene, ni el orgullo de que en su patria impere la 
            virtud, ni el honor puede ya esperar de que lloren sobre su sepultura de 
            héroe, en el primer día de redención, las vírgenes y los fuertes, y sobre 
            la  tierra que lo cubra pongan una hoja de palma de su patria. ¿Qué 
             tiene su poesía, que sólo cuando piensa en Cuba da sus sones reales; y 
            cuando ensaya otro tema que el de su dolor, o el del mar que lo lleva a 
            sus orillas, o el del huracán con cuyo ímpetu quiere arremeter contra los 
            tiranos, le sale como poesía de juez, difícil y perezosa, con florones 
           caídos y doseles a medio color, y no, como cuando piensa en Cuba, 
            coronada de rayos?

Después vendrían otros homenajes: desde Enrique José Varona hasta Orígenes, su nombre convertido en un topónimo que recorre de extremo a extremo la ciudad.

Sin embargo, en este día de su nacimiento, Martí para mi es más que la calle a la que cada día recurro para llegar casi a cualquier parte. Es el agradecimiento por devolverme al poeta, el agradecimiento por una casa humilde, donde naciera un escritor inmenso, perdida entre tanto comerciante y buscavidas. José Martí es para mi el agradecimiento por devolvernos a Heredia.

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