Como todos los santiagueros viví insomne la noche que ninguno podrá olvidar. También a mi me pasó el huracán Sandy. Y tanto que solo hoy me atrevo a escribir sobre él. He escuchado las historias, he contado la mía.
No soy ni mucho más o mucho menos de los más afectados.
Dos versos de un mismo poema de José Martí rondaban en mi cabeza desde que amaneció el jueves 26 de octubre:
"Pocos salieron ilesos..."
"...la calle al salir el sol"
Santiago de Cuba, la ciudad que más amo, reverdece. Pero muchas heridas aún no cicatrizan por completo
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